sábado, 31 de mayo de 2008

Mi primer día como director


Sinceramente, no tengo ni la más remota idea de cómo sería mi primer día como director. Sé, como profesional que soy de la infornación, que un relato no se puede empezar con una afirmación de este tipo. La primera impresión siempre tiene que ser buena, positiva y clara. Pero debo ser sincero conmigo mismo y señalar que soy de las personas a las que le encanta improvisar, afrontar los retos en el momento, tal y como vienen, sin darle muchas vueltas a la cabeza. Es bueno planificar, pero para el primer día como director no programaría nada especial.

Seguramente ni siquiera pisaría mi nuevo despacho. Sería una primera toma de contacto totalmente informal. Me encantaría conocer a fondo todos los problemas del centro, de cada uno de los profesores y de los trabajadores, pero poco a poco. Mi primer día lo programaría con el fin de hablar distendidamente con cada compañero y ver qué problemas tienen y cuáles son sus inquietudes. Haría un recorrido por todas las instalacciones para observar qué necesidades tiene el centro y qué cuestiones se podrían mejorar a corto y medio plazo. Sería un primer día lo más informal posible, buscando un acercamiento con mis nuevos compañeros lo más cordial posible.

El segundo día, ya sería otra cosa. Ya habría que coger el toro por los cuernos y empezar a mover el barco con fuerza, energía y, por supuesto, con mucho diálogo.

No hay comentarios: