miércoles, 11 de junio de 2008

El Proyecto Educativo y el Proyecto Curricular de un Líder

Durante los últimos días de clase se habló de los proyectos educativos de centro y de la necesidad de actualizarlos y trabajar en serio en ellos. También las siguientes reflexiones vienen a cuento tras los análisis de los casos de Blanca y de Paco. Son reflexiones encaminadas a la mejora y al reconocimiento de la gran dificultad que tiene asumir la dirección de un centro educativo.
El centro escolar es una organización compleja, en una pequeña o mediana empresa, en algunos casos una gran empresa con menos o con más de 50 trabajadores. En muchos casos es una organización casi autónoma con pocos apoyos externos, aislada y con una gran autonomía con poca capacidad de desarrollarla: unitarias, centros incompletos.
La dirección de esta empresa autónoma, pequeña, mediana o grande requiere ser considerada económicamente de manera que quien dirija se sienta bien y además con el peso de la responsabilidad de rendir conforme a lo que se le paga. Y se le debe pagar para poder exigirle en todos los casos especial responsabilidad y dedicación. No entiendo la dirección de un centro carente de plena dedicación. En cualquier caso ahora mismo los centros educativos necesitan de un equipo de personas responsable que no escatime esfuerzos ni dedicación. Eso hay que remunerarlo. Director y equipo. Ahora mismo el equipo no está suficientemente incentivado. Ni el director aunque en menos proporción que el equipo. jefe de estudios y secretario en la actualidad no consolidan el complemento.
Descartado el aspecto económico, podemos entrar a valorar otros conceptos, inquietudes y realidades. Por ejemplo, el Proyecto Educativo. Cuando a comienzos de los 90 se empezó a desarrollar la LOGSE y desde distintos ámbitos se impartía formación sobre la Ley, se daba capital importancia al Proyecto Educativo y al Proyecto Curricular como documento de organización de los centros que era imprescindible tener a mano. Quizá durante una etapa se trabajó en los centros con ilusión y en muchos pienso que con la idea clara de lo que se quería. En otros, espero que los menos, se trabajó nada más con la idea de estar en posesión de un documento que la Inspección educativa me exige en un período determinado a partir de la implantación de las enseñanzas LOGSE.
Hoy donde todo esto era papel mojado, ya no es ni siquiera eso y donde no ha habido una continuidad en el trabajo, se ha quedado en simple papel. Allí donde se entendió que el Proyecto Educativo era algo más que un documento de estantería por si alguien lo pide, donde fue elaborado por la Comisión de Coordinación Pedagógica con la participación de los distintos sectores de la comunidad educativa, donde el equipo directivo entendió que había que plasmar un proyecto de trabajo a corto, medio y largo plazo, desde la realidad de la comunidad educativa y de su entorno, con revisiones periódicas y donde está reflejada la realidad del trabajo diario más allá del papel, puede haber cambiado el equipo o no pero hay un trabajo hecho que permite que otros puedan continuarlo.
Hay que decir también que quien se encuentra un trabajo hecho está obligado a asumir un compromiso de continuidad con la lógica impronta de la personalidad de quien lo lidera. Entiendo, por tanto, que un programa de dirección de un centro empieza por liderar un proyecto y cuando no lo hay es imprescindible presentar al Consejo Escolar como primera iniciativa el compromiso de elaborar ese proyecto con la participación de todos aunque la primera piedra ya se pone en el programa de dirección que se presenta al claustro y al consejo escolar.Por ahí se empieza a sentar las bases para ejercer un liderazgo integral que centra su preocupación en el rendimiento escolar de los alumnos (liderazgo pedagógico), en una buena gestión de los recursos y de los servicios (liderazgo de gestión eficaz) y en la creación de un clima de trabajo agradable y de relaciones humanas fluidas (liderazgo de grupo).

http://adide.org/revista/index.php?option=com_content&task=view&id=98&Itemid=32

Estefanía Lera, José Luis (1998). Proyecto educativo de centro: revisión, seguimiento y evaluación. CCS, D.L. Madrid.

Estruch Tobella, Joan (2002). Dirección profesional y calidad educativa. CISSPRAXIS, Barcelona.

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